En marzo de 2014,
un grupo de hackers lanzó “un potente ataque cibernético” contra el sitio web
de la presidencia rusa, Kremlin.ru y de la página del Banco Central de Rusia,
según las autoridades locales. El servicio de prensa del Kremlin señaló que el
sitio web oficial del presidente de Rusia se convirtió en blanco de un ataque
cibernético, del tipo DDoS. Un ataque DDoS (Distributed Denial -of-service)
consiste en que múltiples sistemas contaminados, principalmente con virus,
inundan la página atacada con innumerables peticiones y por lo tanto hacen que
sea inasequible.
El servicio de prensa del Banco Central de Rusia también confirmó que el ataque cibernético afectó su sitio web oficial. “Estamos adoptando medidas para contrarrestar el ataque y restaurar el modo normal de las operaciones”, señaló el servicio de prensa del principal regulador financiero del país ruso en 2014. En esa misma semana, uno de los mayores canales de televisión rusos, el Canal Uno, confirmó que su sitio web también cayó bajo un ataque cibernético.
Sin embargo no se trataba de una alerta novedosa, tan sólo un año antes, en octubre de 2013, las entidades bancarias británicas emitieron un informe reconociendo que debían reforzar sus sistemas informáticos ante la cada vez mayor amenaza de ataques cibernéticos, según declaraciones del Banco de Inglaterra. De acuerdo con los detalles de la reunión celebrada por el Comité de Política Financiera (FPC, siglas en inglés) del banco emisor inglés, la amenaza de este tipo de ataques “estaría creciendo y conlleva muchas dimensiones”.
El servicio de prensa del Banco Central de Rusia también confirmó que el ataque cibernético afectó su sitio web oficial. “Estamos adoptando medidas para contrarrestar el ataque y restaurar el modo normal de las operaciones”, señaló el servicio de prensa del principal regulador financiero del país ruso en 2014. En esa misma semana, uno de los mayores canales de televisión rusos, el Canal Uno, confirmó que su sitio web también cayó bajo un ataque cibernético.
Sin embargo no se trataba de una alerta novedosa, tan sólo un año antes, en octubre de 2013, las entidades bancarias británicas emitieron un informe reconociendo que debían reforzar sus sistemas informáticos ante la cada vez mayor amenaza de ataques cibernéticos, según declaraciones del Banco de Inglaterra. De acuerdo con los detalles de la reunión celebrada por el Comité de Política Financiera (FPC, siglas en inglés) del banco emisor inglés, la amenaza de este tipo de ataques “estaría creciendo y conlleva muchas dimensiones”.
El FPC, presidido por el gobernador Mark
Carney y encargado de salvaguardar la estabilidad financiera, alertó en 2013 de
una “posible desprotección” en el sistema bancario británico, por lo que
consideraba que las entidades financieras debían elaborar planes destinados a
dar gran prioridad a su protección. Los Funcionarios del Tesoro estarían
trabajando, desde ese entonces, en un programa para evaluar, probar y mejorar
los sistemas informáticos ante posibles ataques cibernéticos ya que, el sector
bancario del Reino Unido corre riesgo de ataques debido a que cuenta con un
sistema informático antiguo y complejo.
En noviembre de este año, la agencia de
noticias Reuters señaló que un grupo de ciberdelincuentes han atacado
remotamente cajeros automáticos en más de una docena de países de toda Europa
utilizando un software malicioso que obliga a las máquinas a escupir dinero en
efectivo, según la firma rusa de seguridad cibernética Grupo IB. Diebold
Nixdorf y NCR Corp, dos de los mayores fabricantes de cajeros automáticos del
mundo, dijeron que eran conscientes de los ataques y han estado trabajando con
los clientes para mitigar la amenaza.
El grupo IB se negó a nombrar a los bancos
que estaban “jackpotted‟, un término
utilizado para describir la obligación de cajeros automáticos para escupir
dinero en efectivo, pero dijo que las víctimas se encontraban en Armenia,
Bielorusia, Bulgaria, Estonia, Georgia, Rumania, Rusia, España, Reino Unido y
Malasia. Dmitry Volkov, jefe de inteligencia de amenazas del Grupo IB, indicó
que esperaban más agresiones en cajeros automáticos.
A principios de 2016,
los bancos rusos perdieron más de 28 millones de dólares en una serie de casos
de fraude alámbrico que fueron identificados por las autoridades. “Lo que
estamos viendo demostrado es el nuevo modelo de crimen organizado”, dijo Shane
Shook, un consultor de seguridad independiente que ayuda a los bancos y los
gobiernos a investigar ataques cibernéticos y revisó los hallazgos del Grupo IB.
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