En Venezuela la inflación está
determinada en 70% por el valor de la moneda en el mercado ilegal (Dolar
Today), que se convierte en una referencia para los agentes económicos
en el país, consideró la economista de la Universidad Central de
Venezuela, Pasqualina Curcio.
“Cada vez que sube el tipo de cambio en
ese mercado también varía la inflación”, aseveró la también profesora
titular del departamento de Ciencias Económicas y Administrativas de la
Universidad Simón Bolívar (USB), en un trabajo titulado Manipulación del
tipo de cambio e inflación inducida.
La economista atribuye esta volatilidad
de los precios a una situación que es “histórica y atiende a las
condiciones estructurales” de la economía venezolana. Explicó que 35%
del producto interno bruto es importado, y quienes importan son pocas
empresas que al actuar como monopolios tienen el poder de marcar los
precios de los bienes importados.
Es así como un importador de repuestos
para vehículos de transporte, aunque haya recibido divisas
preferenciales de parte del Estado, digamos a 10 bolívares por dólar, al
convertir a bolívares lo que compró en dólares en el mercado
internacional, utiliza como marcador el tipo de cambio más alto que
observa, en este caso el del mercado ilegal, agregó la también doctora
en Ciencias Políticas de la USB.
Reajuste inducido
Según la economista esto funciona como
una cadena. Siguió con el ejemplo del repuesto, que si costó 100 dólares
el importador lo multiplica por el valor del mercado ilegal para
venderlo a ese precio, sin que este tenga relación con los desembolsos
que hizo el empresario.
“De allí en adelante, todas las
estructuras de costos de la economía se reajustan en función del
marcador que se utilice. Como hemos dicho, este ha sido un
comportamiento histórico”, recalcó la economista venezolana.
Curcio recordó que el mercado legal
cobra fuerza a partir del año 2006, cuando comienza a posicionarse de
manera ilegal mediante portales web que publican día a día el supuesto
valor de la moneda en el mercado paralelo.
Desde La lechuga verde, pasando por El
aguacate verde, hasta llegar a Dolartoday, y recientemente al Bolívar
Cúcuta, estas páginas muestran valores arbitrarios, manipulados y
desproporcionados de la moneda, detalló la investigadora de la USB.
“Se trata de valores que no se
corresponden con el comportamiento de la economía, con los niveles de
las reservas internacionales ni con la cantidad de bolívares, conocida
como liquidez monetaria”, aseveró.
Variables políticas
La investigadora aseguró que han sido
variables políticas las que desde 2006 están explicando el valor que es
publicado en los mencionados portales. Basta con que sea anunciado el
cronograma de algún proceso electoral en Venezuela para que se comience a
registrar una escalada en este tipo de cambio.
En cuanto al ajuste de los precios
controlados por el Gobierno, Curcio aseguró que no es la solución al
problema del desabastecimiento, de las colas y del bachaqueo, porque no
es la causa de estos fenómenos.
La causa se centra en el boicot en el
suministro y la alteración de los mecanismos de distribución; es, por
tanto, su supervisión y regulación hacia donde debe dirigirse la
política, recalcó la economista.
“Es la presencia de pocas, pero
poderosas manos en el mercado, las que con intenciones políticas
visibles han distorsionado los mecanismos de distribución y suministro
de los bienes más necesarios para la vida del venezolano”, alertó.
Divisas preferenciales
Vista la experiencia de los últimos
años, Curcio consideró un error entregarle dólares preferenciales a los
particulares para que importen los productos, porque se generan
prácticas como las importaciones fantasmas o de bienes que luego
acapararán o que impedirán que lleguen al público.
De esta manera no llega al consumidor el
enorme sacrificio que realiza el Gobierno aportando dólares a tasa
preferencial a los empresarios privados para que importen bienes básicos
o insumos para producirlos, y estos se quedan “atascados en una
purulenta mafia de intermediarios, en gran parte controlada por los
monopolios y oligopolios del ramo”, comentó.
El ciudadano común nada puede contra
esta situación que obstruye las políticas socialistas y corroe la
adhesión del pueblo hacia su Gobierno. Es necesaria la acción del Estado
para importar directamente, controlar y sancionar, apuntó la
economista.

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